Mi venganza

Mi venganza será mi condena. No te amo ni te odio y no me eres indiferente. Si, me vengo de ti, de tu traición. Todos los días que pienso en ti son una derrota en la batalla contra mi corazón.

Muy a menudo escribo cosas, es siempre lo mismo con diferentes colores. Son palabras que para ti surgieron y te buscan desde su nacimiento por meandros y senderos. Yo soy cruel pues me deleito viéndolas tomar forma y crecer pero luego siempre las encierro para que no lleguen a su dueña.


Me vengo de ti todos los días que te hablo sin dejar que me escuches, todas las veces que no te cuento lo que siento por ti ni lo que te quiero y cada vez que te niego todos los papeles que tanto ansío que leas. Consigo así que creas que ya te he olvidado o que no quiero nada contigo. Dejo que te alejes, por venganza, sin que sepas en verdad cuanto amor malgastas.


Je, je, que cabrón soy, se lo merece, no sabrá lo que se pierde. Mi condena será mi venganza, me condeno a no decir palabra, a ser una tumba en vida, a no poder contarle nada. No podré hacerle saber mis verdaderos sentimientos ni podré luchar por que vuelva a mi lado. Cuando nos crucemos y yo me muestre frío y distante estaré firmando con la misma pluma mi venganza y mi sentencia.

¡Me vengaré de ti encadenándome a tu ausencia!.


¡Si, ya lo se!. Se que me duele a mi más esta tu pena. Que a ti mi venganza no te altera y que ni conoces su existencia. También se que mi venganza hace tu camino más fácil. Se que no ha habido en toda la historia de las venganzas estúpidas una más absurda y tonta que la mía. Que las venganzas no tienen que doler al vengador sino a su presa.


Lo se… lo se…, créeme… lo se.