Busqueda Avanzada
Buscar en:
Título
Autor
Poesía
Todos
Ordenar por:
Mas recientes
Menos reciente
Más vistas
Defecto
Poema
Categoría: Prosa Poética

Mujer contra mujer...

Como cada día, sus miradas se cruzaron, una leve sonrisa dedicada con la mayor timidez y un “Hasta mañana” huidizo.
Ella no sabía que era la dueña de mis noches, de mis pensamientos, aquella mirada…
Al fin llega el viernes, tras una dura semana de trabajo, podría descansar, descalzarse al llegar a casa y andar así un momento.
De nuevo llega la hora, impaciente por verla, sonrisa nerviosa, llega el momento del día que tanto espero. De nuevo un “Hasta mañana” nervioso, escurridizo… al salir por la puerta, se escucha… ”Perdona, ¿Puedo hablar contigo?”. Me giré y allí estaba, infinita en su hermosura, con su eterna sonrisa picarona, sus ojos centelleantes.
Aquel instante, rogué para que el tiempo se detuviera, para que me dejara admirarla tal cual era ella. Entonces pronunció lo que tanto ansiaba desde el mismo momento en el que la vi.
Teníamos una cita, quería saber de mi, conocerme.
Aquella tarde apenas pude comer, mi excitación era máxima, por fin podría hablar con ella, decir algo mas que un simple “Hasta mañana”.
Llegó la hora, habíamos quedado en el café de París a las 17:30, la calle estaba en absoluto silencio, solo se oía el tic tac del reloj principal y el latido de un corazón agitado.
Las 17:32, vendrá, seguro que vendrá, solo han pasado dos minutos de la hora, seguro que aparecerá… y pensando esto y lo otro puedo oír unos pasos agitados, levanto la mirada y allí estaba, agitada, bella como ella sola sabe estarlo. Consigue recobrar el aliento y sus labios pronuncian un Perdona, se me ha hecho tarde…
Contesto con una sonrisa, no me hubiera importado tener que esperarla todo el tiempo que hubiera hecho falta, solo por ver su sonrisa.
Entramos en el café, no podía dejar de mirarla, perfecta, serena, embriagada de hermosura…
Charlamos, reimos… de esto, de aquello, de todo y de nada. Nuestras miradas se cruzan una y otra vez, con la intención de ver en cada una el misterio que esconde la sombra de la duda.
Me atrevo… no, mejor no lo hago… pero quisiera tomar su mano con la mía, decirle, estás preciosa, no solo hoy, cada día aún mas bella, pero no puedo, la timidez me supera…
¿En qué piensas? Me dice, en ti, respondo… y mis palabras sonaron con un profundo eco, retumbando en mi cabeza, como el eco en una cueva. Sonríe, ella sonríe… ¿y qué piensas?… en lo hermosa que eres… aún no me lo creo, esas palabras salen de mi boca, son torbellinos deseosos de escapar, de romper con todo para posarse dulcemente sobre ella.
De nuevo, sus ojos, esa mirada que me hipnotiza, sus ojos brillan como estrellas en la noche. Se ruboriza, toma mi mano y me mira, cómplice de mis palabras, acerca sus labios a mi cara y susurrándome escucho sus palabras como una dulce melodía.
Me besa en la mejilla, cierro los ojos, puedo oler su cuerpo, está tan cerca de mi como nunca lo ha estado, casi puedo acariciar su piel, pero ella se retira, por un momento, vuelve a ocupar su lugar en su asiento.
Me invita a dar una vuelta, pasear bajo las estrellas por las calles abarrotadas de gente, pero yo solo la miro a ella, como si no existiera nadie más en ese momento.
Toma mi mano, entrelaza sus dedos a los míos, mi mano responde a la suya, aferrándose suavemente.
Miro al cielo, esta noche es especialmente bella, es como si un ángel …
Seguimos paseando, sin hablar, nuestras manos siguen unidas como dos amantes, entrelazadas.
Quiero besarla, pero no me atrevo, no quiero romper la magia de este momento, de nuevo, mis labios hablan por mí aun sin yo quererlo y se acercan a su mejilla y la beso y ella me responde con su eterna sonrisa, con su eterna belleza. Mírame, me suplica, mírame, no te avergüences, mírame.
Aún puedo sentir los latidos de mi corazón en mi sien, puedo sentir el calor en mi pálida piel. Ella pone su mano en mi cara, es cálida, suave, pequeña, llena de ternura busca mi mirada y apagando por un momento las estrellas que relucen en sus ojos, acerca sus labios a los míos y deposita el beso más dulce que jamás existirá. Su boca se abre y por instinto mi boca responde, puedo sentir su aliento cálido, puedo sentir la humedad que su lengua desprende, comienza a besarme y por primera vez puedo probar el néctar que su boca me regala.
Mi corazón se para, deja de latir solo un momento para oír el suyo latir, fuerte, paciente, acompasado.
Mis manos toman su cuerpo, acaricio su fina cintura pasando estas por su espalda, aún no puedo creer que la esté abrazando, la estrecho firme contra mi pecho, necesito sentirla cerca, tan cerca como pueda. Ella juega con sus manos, juega con mi pelo, siento que no quiero dejarla escapar. Nuestras bocas continúan besándose, luchando nuestras lenguas en un baile sensual que nos lleva a querer más y más.
Esto no está bien, aquí no, consigo decirle. Con su sonrisa, esa sonrisa pícara, toma mi mano y tira de mí, arrastrándome sin saber adónde me lleva, pero la sigo, la seguiría al fin del mundo si ella me lo pidiera. No me importa donde me lleve, mientras sea con ella, mientras ella siga a mi lado.
Nos dirigimos a un coche negro, saca unas llaves de su pequeño bolso, vuelve a sonreírme, me mira y entrecierra uno de sus dos preciosos ojos. Súbete, me dice. Abre la puerta y se pone al volante. Tímidamente, sin saber muy bien qué hacer, me pongo a su lado. No me atrevo a preguntarle, no quiero romper la magia del momento, de la noche.
Arranca el coche y se dirige a la carretera principal, ¿Dónde me llevas?, consigo decirle. Es una sorpresa y en su voz se esconde un tono misterioso y juguetón. Me gusta…
En el coche siguen las miradas, una leve caricia que me agita el corazón. No dejo de mirarla, sin que ella lo sepa, sin que apenas se de cuenta, la miro y la miro, no quiero que esta noche acabe nunca.
Un semáforo en rojo, detiene el coche, toma mi cara y deposita en mis labios un beso agitado, fugaz, inesperado.
El semáforo cambia de color y ella arranca el coche, impaciente por llegar a quien sabe donde me llevará…
Entra en una calle estrecha, apaga las luces y detiene el motor. Hemos llegado…
Se baja del coche, le sigo el juego, me hace gestos para que no hable, de nuevo, le sigo su juego que me excita por momentos. Abre una puerta que apenas consigo ver, entra ella y después entro yo, nos dirigimos al ascensor, volvemos a enrredarnos, esta vez es diferente, puedo notar su excitación, su corazón agitado late a mil por hora. Sus manos se deslizan por mi cuerpo, ya ha llegado el ascensor.
Sin apenas darnos cuenta, entramos en el ascensor, allí la luz es mas intensa, vuelvo a ver sus ojos centelleantes, seguimos besándonos, con pasión, como nunca había besado a nadie. Ella provoca que afloren sentimientos que no sabía que existían hasta el momento.
El ascensor se detiene, abre la puerta, de nuevo me hace un gesto de silencio. Nos dirigimos a una puerta de madera, saca un manojo de llaves de su bolso, apenas acierta a introducir la llave en la cerradura, sus manos están temblorosas, ella también está excitada, puedo verlo.
Al fin consigue abrir la puerta, entra, me coge de una mano y tira fuertemente de mi, con decisión. Cierra la puerta, tras de mí y toda la pasión reprimida, toda la lujuria empieza a desatarse en aquella habitación.
Sus manos, su boca, todo su cuerpo me busca en la penumbra, se detiene por un momento y mirándome a los ojos descifro lo que su mirada quiere decirme sin palabras. Me desea, tanto como yo la deseo a ella. Ahora son mis manos las que buscan sus curvas, sus caricias, sus húmedos labios, su lujuria, su pasión, la busco a ella, la que había sido la musa de mis pensamientos más pudorosos, vanos e imposibles. La busco a ella y frente a mi puedo realizar la más infinita fantasía, me siento capaz de todo, ahora no tengo miedo, dudas… solo existe ella.
Me da la espalda, se desliza contoneando sensualmente sus caderas, se detiene, gira su cabeza y me mira, siempre su sonrisa, siempre ese brillo en sus ojos, sigo sus pasos y tras ella está su olor, me excita su juego, sus movimientos…
Tras una puerta se esconde otra habitación, es su dormitorio, el lugar donde sueña, el lugar de mis sueños.
Vuelve a buscarme, busca mis labios, me besa, muerde con dulzura mi boca, le gusta y sabe que eso me excita aún más. Coge mis manos y las desliza por su cuerpo. Sus senos, pequeños, suaves, ahora desnudos sin nada que los esconda. Los acaricio y tras mis caricias sus pezones se tornan duros. Deseo amarla desde hace tanto tiempo que ahora que la tengo no se qué hacer pero… ella me guía, sus gemidos, sus gestos, me indican los pasos a seguir.
Bajo mis manos por su cuerpo desnudo, me detengo en su cintura, beso el lugar donde comenzó su vida, sigo bajando, de rodillas frente a ella, la miro, adorando su cuerpo, mi mano se desliza por entre sus piernas, con suavidad, con delicadeza, siento que su corazón se agita cada vez más, abre sus piernas como una flor abre sus pétalos al sol, ahora siento el calor de su sexo, la humedad que desprende me excita. Acerco mi boca y mis labios besan el objeto de mi deseo. Ella se tumba ahora en la cama, esperando mi boca, mis labios, mi lengua. No tardo en volver a besarla, ahora más que nunca mi lengua juega a acercarla al placer. Eleva sus piernas y me rodea con ellas. Sus caderas se mueven, todo su cuerpo se estremece ante las caricias que le dedica mi boca.
Acaricio sus muslos, suaves, apoyados en mis hombros. Una mano se desliza por la parte interna hasta llegar a su montaña de fuego. Ahora mi lengua juega acompañada por un dedo, introduciéndose lentamente en ella. Su placer aumenta a la vez que mi excitación, quiero poseerla por completo pero…
Sigue mi juego, lentamente introduzco otro dedo, sus gemidos me hacen enloquecer aumentando el ritmo de mi pasión, más y más cada vez más rápido siento su excitación, mi boca apretada contra ella se vuelve lasciva, temeraria, aprieta sus piernas entrelazadas contra mi cuerpo, mis manos en sus caderas la empujan contra mí, un grito ahogado y por un momento… el silencio…
La presión de sus piernas disminuye, poco a poco sus fuerzas se desvanecen. Levanto mi cabeza y allí está… agotada, desvanecida como si de un ángel se tratara. Siempre hermosa, siempre bella.
Despacio me levanto del suelo, procurando no romper la armonía del silencio me tumbo a su lado. Puedo admirarla en su plenitud, tranquila, pausada, aún su corazón late deprisa, pero ella descansa.
Gira la cabeza y me dedica otra de sus pícaras miradas, eleva su cabeza hasta mí y dulcemente deposita un beso en mis labios. Mis manos se extienden por su cuerpo desnudo, deleitándose con tanta belleza. Un momento de quietud…
Acaricio su piel suave, sus hombros desnudos, sus senos, todo su cuerpo me invita de nuevo a amarla. Incorporo mi cuerpo hasta acercar mis labios a su piel. Cierro los ojos, puedo oler su cuerpo, su perfume es delicado, suave, dulce, como es ella. Beso cada centímetro de su cuerpo comenzando por su cuello, aparto su cabello de la nuca, sigo besándola y su piel se eriza. Comienzo a bajar por su brazo, ella responde a mis caricias, volviéndose hacia mi, bajo de nuevo hacia sus pechos, dulcemente beso cada uno de ellos mientras las manos acarician siguiendo el juego iniciado por mi boca.
Siento que mi excitación va aumentando, sigo bajando por su cuerpo, su cintura, sus caderas, sus muslos… quiero adentrarme entre sus piernas, pero ella no me deja, dulcemente toma mi cara entre sus manos y besándome me dice… Ahora me toca a mi…
Se levanta de la cama, y me tumba a mi en ella. Se sitúa sobre mi, con sus piernas abiertas. Su sexo está encima del mío, puedo sentir su calor, el calor que desprende.
Poco a poco se echa sobre mi cuerpo, cierra los ojos, me dice. Me besa, su lengua acaricia mis labios entreabiertos, baja por mi cuello, lentamente, mi respiración se agita. Sus manos se deleitan con mis pechos, ahora su boca, muerde mis pezones y sigue bajando y baja y mi excitación aumenta. Baja sus manos hasta mis muslos, mi cuerpo tiembla ansioso por la espera. Sube mis piernas dejando al descubierto el volcán que esconde mi húmeda ropa interior.
Introduce una de sus manos por entre la tela, no puedo aguantar mas, mi excitación rompe el silencio de la habitación haciendo que ella se excite aún mas, me penetra apretando fuertemente su mano contra mi sexo. Empieza el ritmo, de nuevo mis gemidos. Cesa su ritmo frenético, arranca mi ropa interior y con su boca empieza a llevarme al placer más intenso que jamás he sentido. Vuelve a penetrarme mientras su lengua hace locuras entre mis piernas. Ven, le pido. Necesito tenerte. De rodillas en la cama se sitúa sobre mi boca mientras su boca vuelve a introducirse entre mis muslos.
Ahora saboreo la miel que derrama, mi lengua, mi boca la llevan al placer, el mismo que ella me provoca a mi. El ritmo es agitado, frenético, imposible diría yo, los gemidos se mezclan con la respiración, los latidos de nuestros corazones retumban por toda la habitación, más y más placer me provoca, mas y más placer siente ella.
Voy a … le digo, ella me interrumpe diciendo lo mismo, sonreímos un momento, y comienza un placer infinito que me corta la respiración conforme sus dedos se introducen en mí, un sentimiento empieza a recorrer mi cuerpo extendiéndose desde mi sexo hasta el resto de mi anatomía.
Un momento de silencio, apenas nos quedan fuerzas para movernos. Levanta su pierna, se separa de mí. Regresa con su boca a mi boca, de nuevo nuestras lenguas se acarician entre nuestras respiraciones.
Aún no puedo creer que seas tan maravillosa me dice, sonrío, no puedo casi hablar. Cojo su mano y la pongo en mi pecho, sientes los latidos, le pregunto. Ella afirma con la cabeza, si laten así es por ti.
Quedamos tumbadas en la cama, la una sobre la otra, sin nada que decir, nada que pueda estropear este momento.
Solo espero volver a soñarte pronto…
Datos del Poema
  • Código: 263793
  • Fecha: 30 de Marzo de 2006
  • Categoría: Prosa Poética
  • Media: 6.71
  • Votos: 130
  • Envios: 6
  • Lecturas: 2,701
  • Valoración:
Datos del Autor
Nombre: emc24
País: EspañaSexo: Femenino
Fecha de alta: 22 de Septiembre de 2005
Ver todas sus poesías
Comentarios


Al añadir datos, entiendes y Aceptas las Condiciones de uso del Web y la Política de Privacidad para el uso del Web. Tu Ip es : 3.145.60.166

0 comentarios. Página 1 de 0
Tu cuenta
Boletin
Estadísticas
»Total Poesias: 99,627
»Autores Activos: 4,260
»Total Comentarios: 47,522
»Total Votos: 9,266,099
»Total Envios 159,596
»Total Lecturas 142,892,756

© HGM Network S.L. || Términos y Condiciones || Protección de datos | Política de Cookies