Paisaje Tras La Tristeza

Al mirar por la ventana azul de mi tristeza
Y contemplar como los árboles se arquean mudos
Como queriendo esquivar el viento sórdido,
Me enjugo el llanto plomizo,
Intento acariciar tu ausencia intangible
Que se evapora en el éter de la nostalgia.
Siento como los marcos raídos aún respiran
En lo hondo de la noche sin dios
Y en lo infinito del paisaje borrascoso
Se funden recuerdos turbios
Entre los que estas y no.
La calle cenicienta confundiéndose,
En su simetría óptica oculta las esquinas
Y los faroles que se involucran clandestinos
Con insectos contoneando en la luz.
Tu imagen firme se descarnaba.
Más allá las casas adormecidas
Van conglomerándose para no caerse.
Los pájaros negros Pían lastimeros himnos nocturnos
Evocando la muerte
Y no puedo ya cerrar las persianas.
Ronda en el cielo que no hay
Una luna que no esta
En un paisaje que no me pertenece
Y sin embargo sumiso me entrego al porvenir Implorando que otra ventana haya,
Que haya otro paisaje menos confuso.
Otro paisaje donde este tu cuerpo
Herido, malherido, hiriéndome,
Donde los árboles hablen y digan viento diáfano
Y mi llanto no seas más que lluvia feliz
Y tu ausencia sólo éter de la nostalgia.
Y que los marcos expiren
Y en la noche
En lo hondísimo de la noche esté dios
Fundiéndose en lo infinito del paisaje claro
Y que los recuerdos no sean más que recuerdos
Entre lo que no estas y estas.
Poder andar calles cristalinas
Y que las esquinas no se oculten
Y que los faroles dejen huérfanos a los insectos,
Dándole vida a la luz,
Dándole luz a tu imagen apacible.
Y que las casas se duerman profundas
Y que si quieren se empiecen a caer
Y evocar la muerte nocturna
Lastimando los pájaros negros,
Cerrando así las viejas persianas.
¡Que por fin este alto el cielo!
¡Que la luna ronde por doquier!
¡Que el paisaje me pertenezca!
Pero el paisaje de tu cuerpo herido
Que implorara otra ventana, otro porvenir.
. y yo dejare de mirar por la ventana
Azul de mi tristeza.