Como pabilo de llama en que exigua,
La luz pareciera lentamente extinguirse;
La verdad no muere, si no que se transforma,
En longitudes de ondas,
Para los ojos humanos no perceptibles.
La obscuridad absoluta no existe,
Pues la luz, tan solo a la inmensidad
Del infinito se adhiere;
Mas en nuestra ambiguedad
Y pobreza mental,
La no claridad adquiere,
Dimensiones e imagenes sobrecogedoras,
Que a nuestro espiritu se vuelven aterradoras,
Y nosotros mismos, a nuestro ser
Le ponemos un finiquito.
Todos y cada uno de nosotros
Llevamos por dentro la luz,
Pues en todos y cada uno de nosotros
Co - existen los siete colores primarios;
Y si caminas la senda de la mistica iniciacion,
Tu mismo seras como un crisol,
Que abrira tus propios sentidos;
Pues para vivir plenamente
Se hacen estos necesarios.
Escucha el aparente silencio de vuestra alma,
Y distinguiras una diafana melodia;
Que traera a ti de nuevo la calma,
Y alejara de ti, cualquier vestigio de melancolia.
Mantraliza quedamente el nombre de tu creador,
Da una bocanada de aire a tus pulmones
Y respira,
Sentiras como te invade del mundo
La paz y el amor;
Y ya no importara la maldad con que
Alguien mas te mira.