Romance de la conquista

La doncella enamorada
de un pobre blanco español,
ella con sus negros ojos,
con su pelo destrenzado,
y en su risa nace el sol.
El un pobre conquistador,
con ojos de inquisidor,
la mira pasar radiante ,
y en sus ojos ve diamantes,
y en su corazón de moro
solo espera ver el oro
de su padre hijo del sol.
El Inca que ya no sabe ,
que dolor la entristece,
por que en sus ojos de noche
la luna ya no se mece
y de vez en cuando aparece
una gota de rocío
que no calma aquel hastío
Una pena mas le embarga
ya no es solo ver su imperio
bajo los cascos y el hierro
Es el corazón de su hija
que también han profanado.
El tirano ya se acerca,
en su mente ha tramado
alguna idea perversa
entra despacio al lugar,
pensando allí encontrar
oro y plata reluciente;
pero enorme el desengaño
se va acercando y ve
a un monarca doliente,
que contempla ya en el suelo
una daga de metal
incrustada sobre el pecho
de aquel cuerpo de cristal.
Despacio el Inca voltea
como un puma va al acecho
coge el cuchillo y lo clava en el corazón rival
.
¿Que mas muerte para el?
Que ver su pueblo oprimido
tras el látigo opresor.
¿Que mas muerte para el?
ver su imperio destruido
por un vil conquistador.
¿Que mas muerte para el?
Que ver allá en el suelo inerte
su mas preciado tesoro
Que mil cuartos de plata y oro
jamas podrán devolver.
Coge de nuevo la daga
se destroza el corazón.
Mas allá se oye una quena
de un indio que en una mina
su jornada ya termina,
y descarga su ira y pena
en una triste canción.