Rosas De Papel

Había una vez en un cuento
una hermosa y triste campesina
por doquier lloraba su lamento
siempre se hallaba lánguida y cansina
añoraba al valeroso caballero de cuento
A su alrededor múltiples galantes
llenos de amor y de coraje
le entregaban grandes diamantes
corceles de puro y casto linaje
y mansiones con sirvientes
Esos objetos no hacían mella en ella
porque añoraba un amor sencillo
que juntos observaran una estrella
juntos escuchar reír a un chiquillo
y que no solo viera como era por fuera de bella
Caminaba sin rumbo ni sentido
hasta un lago de cristalinas aguas
se sentó y acomodo su largo vestido
despojase de sus viejas zapatillas
soltó su largo cabello recogido
Y allí quedó, dejando volar su pensamiento
soñando en cuentos de hadas
ahogando con ellos su triste lamento
volando entre estrellas doradas
navegando en el bajel del descontento
Y los días transcurrían
sin hallar su amor sincero
sus labios poco a poco palidecían
sus sueños escondidos en un lucero
donde su color jamás perderían
Galantes y caballeros
seguían llenándola de dádivas
entregados y enamorados
mientras ella los veía como bestias
superficiales y obsesionados
Todas las tardes soleadas caminaba
hasta el lago de aguas cristalinas
un cuaderno siempre la acompañaba
donde volaba entre hadas
con las que siempre soñaba
Una tarde quedó dormida
con una sonrisa en los labios
por soñar que estaba enamorada
por lograr bajar del lucero sus sueños
por ya no sentirse lánguida y cansada
El crujir de unas hojas otoñales
la hicieron despertar
alguien la observaba entre los árboles
preguntó...el no supo que contestar
una suave brisa se llevó sus papeles
Ella pudo ver que un joven mendigo
de negros cabellos azabache
de aspecto sucio y harapiento
y de ojos negros cual la noche
la observaba casi sin aliento
Hipnotizado por su belleza
bajo de su triste corcel
buscó un papel y con toda delicadeza
creó una frágil rosa de papel
y se acercó hacía ella con sutileza
Clavo sus rodillas frente a ella
y susurró unas palabras
eso fue lo que si hizo en ella mella
avivó sus ganas tan soñadas
y se proclamó eternamente su doncella
Sus palabras...
Mis manos errantes
no poseen más que un triste corcel
no puedo darte grandes diamantes
pero si un jardín lleno de rosas de papel
Y así los dos se entregaron su amor fiel
viendo en las noches las estrellas caer
caminando entre jardines de rosas de papel
que con cuidado cultivaron con su querer
sin poseer más que un triste corcel
“Los regalos costosos,
y los caballeros apuestos
no compran los sueños
y no avivan nuestros
más internos sentimientos”
Charity
Ene/04