Suspenso por lo de ayer que nunca olvidaré

Esta mañana de nuevo
me levanto con tu recuerdo
adentro, muy adentro lo llevo
y por eso me siento incómodo.
Tan sólo media hora antes
la oscuridad me invadía
nadie, absolutamente nadie
me puede privar de semblantes
que nunca imaginé vería
y ya ves, aquí estoy de pie.
¿Recuerdas? ni para ti
ni para mi, nunca era tarde,
siempre hablando de mi y de ti
y haciendo honor a tu alarde.
Así que de nuevo esta mañana
he querido vivir momentos,
momentos evadidos por la ventana
ventana rota de cristales expertos.
Perdona amigo, perdona amiga,
si interrumpo tu tiempo,
a mi ya no me queda,
y como te dije hace unos días,
mi eterno peregrinar se diluye
como la arena de la playa
dónde las olas arrastra mar adentro
hasta su infinita profundidad;
ya no me queda pasión,
ni tan siquiera ilusión.
Antes no te hablé de esto,
quería estar acompañado de mi tristeza,
de mi dolor, de mi angustia
y todo este pesar descansará
en una humilde estación,
en la tierra del Pozo del Tio Raimundo,
allí se dirigía mi esperanza, mi vida
y allí quedó malherida y un día como hoy,
hoy una rosa le regalaría.
Pero ya que he interrumpido tu tiempo,
te diré que igualmente una rosa compraré,
posiblemente la última,
posiblemente la más hermosa
y con un inmenso abatimiento,
para ella pétalos,
para mi...para mi espinas.
A la memoria de Jovita
mujer única y hermosa
que un día como hoy
llegó al andén a coger un tren
en el cual partió y se fué
y sin saber porqué,
alguien decidió
que nunca, nunca debía de volver.
Enrikt