Singular prisionero tú eres,
Aún que de Zenda fuistes
Libertador;
Defendiendo a capa y espada
Aquéllos valores,
Que sin temores,
Hicierón de tí al final
Vencedor.
Y aún que salistes
De allí triunfante,
La belleza de la princesa Flavia,
Tu corazón para siempre
Cautivó;
Más por ser
Un amor imposible,
La tristeza trastocó tu alma
Indefectible,
Sumiéndola en obscura
Y fría prisión.
Prisionero de Zenda
Tú eres,
Por unos dulces labios
Que Aprisionarón
De una vez y por siempre
Tu ilusión;
No existirán yá
Más placeres,
Pues en infranqueable
Y profundo calabozo,
Perdida está
Tu razón.
RECORDANDO A SIR ANTHONY HOPPE HAWKINS
( 1863 - 1933 )
Y SU : EL PRISIONERO DE ZENDA.