Son las dos de la mañana,
y ya imagino tu mirada,
tu perfume en mi almohada,
eres una obsesión tan insana.
Son las seis de la mañana,
y ya saboreo esa boquita,
es una sensación tan bonita,
imaginarte aquí en mi cama.
Ya es casi medio día,
y te veo hasta en la sopa,
con fideos formo tropas,
pa´que pronto seas mía.
Ya son las seis de la tarde,
y me encuentro testarudo,
el no verte me hace rudo,
el perderte en cobarde.
Ya te extraño demasiado,
y tu ni señales das de vida,
espero que mañana hayas llamado,
pa´no darte por perdida.