Nos hace falta una dosis de locura,
para atrevernos a desafiar la cordura,
necesitamos una habitación oscura,
para desprendernos de las ropas que estorban.
No estoy hablando de amor, precisamente,
nos falta un éxtasis pasional,
para dejar volar nuestras mentes,
y entregarnos al acto carnal.
Dejar la rutina guardada en el ropero,
sacar de las cajas los actos inmorales,
que sepan que te quiero, que te deseo,
y superar de la decencia los umbrales.
No te pido que recuerdes mi nombre,
dejad eso a los que viven con instructivos,
si quieres te puedes marchar con otro hombre,
y no te pediré ningún motivo.
Esto es el acto de la infidelidad,
propuesta que conoces, solo te falta decidir,
volver a la rutina de la infelicidad,
o en tu cuerpo por dentro, fuego sentir.