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Poema
Categoría: Miedo

En mi tierra cuscatlan

En mi tierra cuscatlan, existen algunas historias,
muchas de ellas se remontan a nuestros origenes,
cuyas raices se pierden en el tiempo.
Sin embargo, hoy de una les he de hablar,
y esa es, "la historia del cadejo".
Cuentan que en los primeros dias de nuestros pueblos, cuando ya conociamos de la maldad,
Teotl, que asi nombrabamos al ser supremo,
de los debiles se compadecio, mandando a dos espiritus, para que los cuidaran segun su genero;
asi el negro cuidaba al hombre, y el blanco a la mujer.
Y no es que desde pequeño, haya sido debil,
pero muchos se espantaron cuando en la noche veian,
dos brazas como el carbon que arde,
prendidas con eterico fuego,
celando mi sueño hasta el amanecer.
Honestamente, nunca he sido valiente,
y muchas de mis locuras, las hice por amor,
como cuando me meti
por donde un avion rociaba balas,
para tratar de sacar a una señora
con un bebe en brazos;
pero "eso", es harina de otro costal.
Anyway, como diria un buen sajon,
no quiero seguir divagando,
y en la historia del bendito cadejo, he de proseguir;
Y lo que les he de contar,
por lo mas sagrado, les aseguro que es verdad.
Para la epoca de guerra civil en mi patria,
por muchos parajes solitarios,
a altas horas de la noche tuve que caminar;
y esto me paso en una noche muy obscura,
en que la muerte se sentia como un suave murmurar.
Presuroso caminaba hacia mi casa,
por entre medio de unos cafetales,
y algo que esa noche fue inusual,
que el perro que siempre sin saber de donde se me aparecia, y largos trayectos me acompañaba,
ese dia se me paro enfrente, y me comenzo a gruñir.
De inmediato me devolvi sobre mis pasos,
y me fui a la casa de mi amigo Hugo,
aquien de cariño le llaman "cajon",
ya se inmaginaran lo fornido que era,
y apesar de no ser muy alto,
tenia un valor y gran temple,
que me hicieron siempre admirarle.
En fin, toque a la puerta de su casa,
como a las dos de la mañana,
y luego de pedirle posada, ahi pernocte.
Y creanlo o no, a la siguiente mañana,
tres muertos encontraron,
a doscientos metros de donde el cadejo, me impidio seguir.
Y hasta aqui,
y eso que?, ustedes se preguntaran,
y es el meollo de este poema,
transmitirles parte de la mitologia de nuestra tierra,
que es verdad.
Y si por casualidad en su camino encuentran un perro,
antes de apedrearle, consideren si no sera un angel,
que el Señor mando a sus caminos, para poderles proteger. Pues les aseguro, que todo lo anterior es cierto.
Datos del Poema
  • Código: 338203
  • Fecha: 30 de Junio de 2010
  • Categoría: Miedo
  • Media: 6.59
  • Votos: 94
  • Envios: 0
  • Lecturas: 1,471
  • Valoración:
Datos del Autor
Nombre: Sir Galahanth
País: El SalvadorSexo: Masculino
Fecha de alta: 03 de Junio de 2010
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